Esta impactante obra en relieve textural sumerge al espectador en una profunda meditación sobre la mortalidad y el paso del tiempo. La pieza, rica en textura rugosa y matices terrosos, se siente casi arqueológica, como un fragmento rescatado de una ruina olvidada.
​El elemento central es una calavera tratada con un realismo sombrío, cuyos huecos oculares y nasales abiertos confrontan directamente al observador. Su superficie presenta una pátina de la edad, con tonos que van del ocre desgastado al verde musgoso y toques de marrón óxido. Esta coloración sugiere descomposición, antigüedad y la inexorable transformación de la materia.
​La calavera no está aislada; está envuelta y parcialmente oculta por formas orgánicas, similares a raíces retorcidas, huesos descompuestos o garras que emergen de un fondo oscuro y denso. Estas formas dinámicas crean una sensación de lucha, aprisionamiento o fusión con la tierra. Simbolizan:
​El Ciclo de la Vida y la Muerte: Las formas envolventes pueden interpretarse como el retorno a la naturaleza, donde la muerte da lugar a nuevas texturas y vida (o al menos a la materia prima de la vida).
​Lo Subterráneo y lo Primordial: La paleta de colores oscuros y terrosos (negros profundos, marrones carbonizados) evoca la profundidad de la tierra, sugiriendo temas de lo subconsciente, lo olvidado y lo primordial.
​La técnica mixta es fundamental para el impacto de la obra. El artista ha utilizado el relieve para dar a la pieza una dimensión tridimensional notable, invitando al tacto (aunque sea solo visualmente). La aplicación audaz de la materia crea contrastes dramáticos: las partes elevadas capturan la luz para revelar los matices de color, mientras que las profundidades se hunden en una oscuridad absorbente. El estilo se sitúa en la intersección del Arte Oscuro (Dark Art), el Gótico Contemporáneo y el Arte Textural, lo que la convierte en una pieza de declaración, ideal para coleccionistas atraídos por narrativas complejas y una estética poderosa.
​Más que una simple representación de la muerte, esta obra es un memento mori que celebra la belleza y la textura encontradas en la decadencia y el paso del tiempo. Es una pieza que exige contemplación y aporta una gravedad elegante y una presencia ineludible a cualquier espacio.
40x40 cm