La obra "Nino" es un retrato pictórico de una experiencia onírica lúcida y recurrente que la artista ha mantenido desde su infancia. La composición se articula en torno a dos ejes de tensión: la vulnerabilidad terrestre y la omnipresencia cósmica.
​En el centro de la escena, la figura de la artista se proyecta como una muñeca de trapo de cabello dorado, un símbolo poderoso de fragilidad, pasividad e identidad proyectada. Las muñecas de trapo, hechas a mano y con una historia de ser objetos de consuelo, representan aquí el self o alma de la artista, pequeña y desamparada ante la inmensidad.
​La figura se aferra a su gato de trapo, llamado Nino. Esta conexión es el ancla emocional de la obra. Nino no es un mero juguete, sino un objeto transicional que simboliza el vínculo, la seguridad y la fuerza interior que la artista evoca en el vasto espacio de su subconsciente.
​Sobre ella, domina el lienzo un Ojo de la Providencia esotérico y vibrante, enmarcado en un triángulo y flotando sobre un cielo nocturno salpicado de estrellas. Este ojo, con su pupila penetrante, evoca la Omnisciencia, la Conciencia Superior o quizás la ansiedad de ser observada/juzgada por una fuerza ineludible. Es el vigilante del inconsciente, un recordatorio de que incluso en los espacios más íntimos del ser, hay una presencia observadora y trascendental.
 
30x40 cm