​El cuadro presenta una representación abstracta de un animal marino de color negro intenso, que domina la composición. Su forma es fluida y orgánica, insinuando las curvas y movimientos característicos de una criatura acuática, pero sin definirla explícitamente como una especie conocida. La superficie del animal está cargada de una textura rica y tridimensional. Pequeñas protuberancias o estrías sutiles emergen de su forma, creando un juego de luces y sombras que profundiza su presencia. 40x30 cm